La década de los años 40 del siglo pasado fue sin duda época de gran importancia en la historia de Costa Rica. Luego del alzamiento armado de 1949, muchas de las decisiones que permitieron importantes avances en lo económico y social fueron tomadas en ese lapso de tiempo. Fue también en esa época en la que surge el primer bufete moderno en nuestro país, liderado por un equipo de jóvenes profesionales que dejaron su huella no sólo en la abogacía, sino también en la política, combinación que en aquel entonces era frecuente. Me refiero en este artículo, sin la rigurosidad del historiador, al Bufete Facio, Fournier & Cañas (FAFURC), cuyos orígenes se remontan al año 1942, y que fue la primera corporación de abogados que prestaban sus servicios en conjunto por razones que iban más allá de un vínculo familiar. Precisamente a esta circunstancia me refiero con el calificativo de bufete “moderno”, toda vez que la abogacía se ejercía hasta entonces individualmente, o a lo sumo en organizaciones eminentemente familiares, de padres e hijos, de hermanos, o de suegros y yernos, algunas de las cuales incluso persisten hasta nuestros días. Sin embargo, no existía hasta entonces una organización profesional en donde el criterio de agrupación fuera más allá de tales vínculos, o de existirla, no llegó a trascender en la forma en que lo hizo FAFURC. Los orígenes de FAFURC fueron familiares, ya que inició como una asociación profesional entre Rodrigo Facio Brenes (1917-1961) y Gonzalo Facio Segreda (1918-), quienes eran tío y sobrino respectivamente, y se graduaron de la recién creada Universidad de Costa Rica en el año 1941 fundando el bufete Facio & Facio. Sin embargo, este origen familiar se ve superado con la incorporación de Fernando Fournier Acuña (1916-1983). Al graduarse en 1942 don Fernando (quien años después pasó a ser cuñado de don Gonzalo), el bufete pasó a llamarse Facio & Fournier, y con la incorporación como socio de Alberto Cañas (1920-2014) pasó a llamarse Facio, Fournier & Cañas en 1946, (aun cuando Cañas era miembro del mismo desde su graduación en 1942). El equipo profesional se completó con la incorporación de Carlos José Gutiérrez (1927-1999), quien era el menor de los 4 socios y se graduó de abogado en 1948. Otros distinguidos abogados como Octavio Torrealba, Rodrigo Oreamuno o Rubén Hernández Valle pasaron a integrar el bufete en años posteriores. Tanto Rodrigo Facio como Fernando Fournier fueron diputados constituyentes en 1949, y miembros de la comisión redactora del proyecto de Constitución Política que, por innovador, fue desechado por la Asamblea Nacional Constituyente, que prefirió limitar su labor a realizar ajustes a la Constitución de 1871. Cabe mencionar que Rodrigo Facio Brenes, Benemérito de la Patria, abandonó FAFURC en 1948 para trabajar en el Banco Nacional, y posteriormente incorporarse como Rector de la Universidad de Costa Rica desde 1952 y hasta su trágica muerte en 1961. Estos distinguidos costarricenses compartían, además de una profesión, una visión política común. Fueron parte de la Asociación Cultural de Estudiantes de Derecho (presidida por Rodrigo Facio), asociación que fue el germen del Centro de Estudios para los Problemas Nacionales, un think – tank que se convirtió en organización política bajo el nombre de Partido Social Demócrata, y posteriormente en el Partido Liberación Nacional. Ocuparon importantes cargos políticos, académicos y culturales, figurando como ministros, rectores, decanos, embajadores y diputados. Este grupo de profesionales compartía una característica adicional: la mayoría había tenido la oportunidad de cursar estudios de especialización en el extranjero, haciendo uso de las becas que en aquel entonces facilitaba la AID. Don Gonzalo Facio estudió en la Universidad de Nueva York, don Fernando Fournier en la Universidad de Harvard y don Carlos José Gutiérrez en la Universidad de Pensilvania. Sin duda, esta proyección internacional influyó en su ejercicio profesional, más allá de los conocimientos y visión del mundo, en un aspecto práctico pero esencial en aquel momento: dominaban el idioma inglés, lo que les permitía, en tiempos en donde el bilingüismo no era frecuente, atender asuntos de las empresas internacionales que operaban en ese entonces en el país. Así pues, a su formación profesional, visión política y facilidades de comunicación, se sumó un cuarto elemento determinante: sus clientes. En una época de economía local, las empresas internacionales que operaban en el país eran pocas, de esta forma, el tipo de asuntos que atendían hizo que de un bufete generalista o enfocado en litigio o notariado, se comenzara a perfilar una práctica especializada en la asesoría jurídica a empresas. FAFURC existió hasta el año 1977, año en que Fernando Fournier y Carlos José Gutiérrez decidieron separarse, por motivos muy poco conocidos, en lo que podríamos llamar el primer split de bufetes en la historia de Costa Rica. De tal separación surgieron Facio & Cañas, y Fournier, Gutiérrez & Asociados, que con la muerte de don Fernando Fournier y un cambio en la composición accionaria, cambió su nombre a Gutiérrez, Hernández y Pauly, hoy GHP Abogados. FAFURC no sólo fue el primer bufete moderno de Costa Rica, sino que fue una escuela para varias generaciones de abogados, y encontramos hoy día, 70 años después, ramificaciones profesionales de FAFURC en más de una decena de bufetes de primer nivel en Costa Rica. La historia de FAFURC no puede desligarse de la historia de sus socios, visionarios costarricenses que impactaron positivamente el ejercicio del derecho.
